¿Para qué se utiliza un disco duro externo?
Los discos duros externos se utilizan principalmente como almacenamientos complementarios. Cuando un disco duro interno carece de espacio, no deja guardar más datos en él y no es capaz de completar sus tareas regulares y procesar datos tan rápido como lo hace normalmente. Es decir, se ralentiza cuando se inicia una aplicación, lanza un videojuego o simplemente navega por Internet. En este caso, un disco duro externo puede proporcionar el espacio de almacenamiento adicional para el funcionamiento óptimo de la computadora.
Por otro lado, los discos externos se pueden utilizar para almacenar fotos, vídeos, documentos y proyectos finalizados. Por supuesto, todos estos archivos se pueden guardar directamente en una computadora portátil o PC, pero si hay muchos, ocuparán una parte sustancial del espacio del disco interno. También puede utilizar un disco duro externo para almacenar nuevas fotos o vídeos mientras está de viaje.
Además, es una solución popular para almacenar una copia de seguridad de datos y transferir una gran cantidad de información de una computadora a otra.
Hoy en día, hay tres tipos principales de discos duros externos: HDD (unidad de disco rígido), SSD (unidad de estado sólido) y SSHD (unidad híbrida de estado sólido).
¿Cuáles son las diferencias entre SSD, HDD y SSHD?
Una unidad de disco duro/rígido (HDD) es una caja hermética que contiene 1 o más platos y un brazo con varias cabezales (transductores). Los datos se almacenan en un plato cubierto con una sustancia magnética y se escriben y se leen por los cabezales que se mueven por el plato mientras gira. A diferencia de un HDD externo, un disco duro externo SSD no tiene partes móviles. En su caso, los datos se almacenan en un chip de memoria flash, es decir, un conjunto de circuitos similares a aquellos de las memorias USB. Aparte de un chip de memoria, un SSD externo también tiene un chip controlador que encuentra datos.
Los SSHD, a su vez, son HDD tradicionales que están adicionalmente equipados con una pequeña cantidad de chips de estado sólido y con un controlador especial que define dónde se deben almacenar los datos: en una parte SSD o en HDD.
Con esto, la estructura interna no es la única diferencia entre las unidades. En comparación con un HDD disco duro externo, una unidad de estado sólido externa (SSD) suele ser más compacta y resistente a los campos magnéticos, las caídas accidentales, los golpes físicos, las vibraciones y las temperaturas extremas. Por lo tanto, un disco externo SSD se considera más confiable que un HDD. Asimismo, los SSD externos son más rápidos y consumen menos energía: al arrancarse un HDD con sus discos giratorios requiere mucha más energía que una unidad de estado sólido.
En cuanto a la capacidad, los SSD suelen contar con hasta 4TB de espacio de almacenamiento, mientras que los HDD pueden almacenar hasta 24TB de datos. Sin embargo, cuando se trata del costo por capacidad, los HDD son sustancialmente más baratos, aunque los precios de los SSD se bajan año tras año.
Los SSHD tienen los beneficios de ambos tipos de unidades, en particular, cuentan con una gran capacidad de almacenamiento típica de los HDD y con el rendimiento rápido característico de los SSD. En general, un SSHD es más lento que un SSD, pero más rápido que un disco rígido tradicional (HDD). Pues, si necesita una gran cantidad de espacio de almacenamiento (hasta 14TB) a un precio relativamente asequible (en comparación con el precio de un disco externo SSD de la misma capacidad), un SSHD podría ser una buena opción.
Un HDD disco duro externo es una solución rentable para almacenar un montón de datos que no suele consultar todos los días. Por otro lado, si planea usar un almacenamiento de datos externo para la edición de fotos o vídeos y si le importa el acceso rápido a los archivos, vale la pena optar por un SSD externo.
Otros tipos de discos duros externos
Según el tamaño y la forma (el llamado factor de forma), los discos duros externos también se pueden dividir en:
- 1.8″ – los más compactos, con capacidades de hasta 1TB;
- 2.5″ – con espacio de almacenamiento de hasta 5TB;
- 3.5″ – con la mayor capacidad de hasta 16TB, pero son bastante voluminosos y se deben conectar a una red o una fuente de alimentación.
Además, hay discos duros externos cifrados por hardware que están equipados con un teclado físico que se usa para ingresar un PIN para acceder al contenido del dispositivo.
Normalmente, los almacenamientos externos se conectan a una PC por USB, FireWire y Thunderbolt (dispositivos Apple) o eSATA (la interfaz menos común):
- USB de 1.0 a 4.0, de 12Mbit/s hasta 40Gb/s respectivamente;
- Thunderbolt (antes Light Peak) de 1 a 4, hasta 40Gb/s;
- FireWire 400 o FireWire 800: hasta 400Mb/s y 800Mb/s respectivamente;
- eSATA – 150Mb/s o 300Mb/s.
Por fin, los HDD varían en función de su velocidad: desde 5.400RPM (revoluciones por minuto) hasta 10.000RPM.